14 diciembre 2017

Galletas de avena de la tía Güera

Hoy está lloviendo y hace frío, se antoja comer algo calientito y claro, acompañarlo de unas ricas galletas, así que busqué la receta de mi tía Güera de galletas de avena que eran y seguirán siendo todo un éxito!, un bocado adictivo que es difícil de detener! 😉

La avena tiene muchos beneficios para nuestra salud así que a consumirla!

Galletas de avena
                                                                               180 grados
                                                                               18 min. aprox.





250 gms de harina.
250 gms de avena
250 gms de mantequilla
200 gms de azúcar (o al gusto)
1 CP* royal
1 huevo






Manera de hacerse



1. Suavizar la mantequilla y agregar el azúcar
2. Mezclar con la batidora hasta que quede cremosita.
3. Agregar el harina
4. Agregar el royal
5. Yo me puse un guante para mezclar todo con la mano, así se integran bien los elementos y se "siente" la masa.
6. Se agrega el huevo y se mezcla.
7. Al final agregas la avena y amasas hasta que sientas que está lista, unos 3, 4 minutos.

Haces pequeñas bolitas y las colocas no muy juntas ya que al estar en
el horno se aplanarán un poco, así evitas que se junten.

Y así quedan las galletas!!

Ya cuando estén frías las puedes colocar en un frasco o donde prefieras para conservarlas, aunque te aseguro que no durarán mucho tiempo!

Espero te guste la receta y si deseas hacer un comentario con gusto lo responderé!💕

*Cuchara Pequeña

27 agosto 2017

Macarrones estilo Lalo

Estos macarrones son deliciosos y super fáciles de hacer, además les encantan a los niños!, puedes utilizar otra pasta si lo deseas, yo en lo particular los partí antes de cocerlos para que no le costara trabajo a mi hija comerlos, ya que cuando están grandes se le escapan ¡por doquier!

Ingredientes
Mantequilla
Macarrones
Queso rallado para derretir al gusto
Crema
Pasta de tomate o puré























Manera de hacerse

Pones agua con sal y cuando hierva pones la pasta elegida y la sacas antes de que esté al dente y la escurres.

- Pones la mantequilla a derretir y agregas el puré, (si usas la pasta de tomate pones dos cucharadas en muy poca agua para suavizarla) la cantidad dependerá de cuánta pasta hayas cocido.

- Agregas la crema

- Poco a poco y mezclando siempre agregas el queso a que veas que se va incorporando al puré o pasta de tomate.

- Una vez que hayas mezclado todo muy bien pruebas para ver si falta sal y de ser necesario la agregas (o consomé).                                                                                                              - Poco a poco vas poniendo la pasta hasta lograr que todo esté perfectamente impregnado.                                                                                                                                                                           Y ya están listos para disfrutarlos!!!                                                                                          Espero que les gusten tanto como a mi hija y a mi!
                             

16 julio 2017

Entre salsas

Cuando mi mamá hacía salsas le quedaban ¡buenísimas!, trataba de no hacerlas muy picantes para que pudiéramos comerlas pero aún así picaban, ya después cuando yo hacía las mías me quedaban fatales, sin sabor, sin chiste, o sea, sin ese toquecito que te hace seguir comiendo...ella cocinaba teniendo una meta muy clara: que sus hijos comieran de forma balanceada, no tenía recetas ni estudios de cocina, cocinaba por amor a sus hijos, cocinaba pensando la forma de darles aquello que los haría crecer y desarrollarse para vivir en el mundo, aunque muchas de esas recetas a mi no me gustaban, me tenía que comer todo "porque aquí no es restaurante", decía... y varias frases por el estilo...

Aún con este antecedente, yo no atinaba a "descubrir" cual era su verdadera motivación, ya que nunca la vi cocinar de malas, aunque si apurada porque tenía que dejar la comida hecha para irse a trabajar...

Hace poco tiempo, más por necesidad que por gusto (olvidando por años la "actitud" de mi madre al cocinar), intenté nuevamente a hacer las salsas, el resultado: una salsa comible y hasta ahí...pero bueno, al menos tenía salsa...

Conforme fui adentrándome a cocinar más y encontrar el verdadero sentido de hacerlo, no sólo las salsas empezaron a saber más ricas, sino todo lo demás que cocinaba, entonces me di cuenta de algo, que había visto pero había pasado desapercibido a mi vista interior, lo "importante" no es cocinar, ni siquiera la receta en si, sino cocinar con amor, con pasión, con deseo de disfrutar cada bocado ya que ha sido preparado para deleitar a los sentidos y poner una sonrisa que festeja el paladar.

Y justo hoy me di cuenta de esto al estar preparando estas salsas, cuando estaba asando los jitomates y los jitomates zebra, agregando cebolla y chiles de árbol, cuando los olores empezaron a inundar el ambiente mezclándose y uniéndose hasta formar uno solo: el olor de los recuerdos, el olor de lo que una salsa pudo lograr en mi, despertar el verdadero amor por cocinar, no solo porque "debo" hacerlo, sino porque "deseo" hacerlo, una sola palabra que abarca una gran diferencia...el recuerdo del olor de la cocina de mi madre y su imagen moviéndose, preparando, probando, oliendo hasta culminar el platillo en la mesa y sus hijos comiendo lo que ella con pasión había cocinado...

En este episodio de nostalgia positiva, recordé cuantas veces he cocinado apurada o de mala gana, pensando ¡que lata! y ahora ¡qué voy a cocinar!, creo bastantes...

Sin juzgarme ni recriminarme (porqué es fácil caer en el drama), APRENDO, ACEPTO Y MODIFICO aquello que en un tiempo hice, y tal vez "funcionó", por aquello que ahora disfruto y puedo decir con júbilo: Mis salsas quedaron con ese saborcito que te hace seguir y seguir comiendo y para mi, esto, es un gran principio!